GUÍA DE DIAMANTES
LAS 4 C
En la naturaleza nunca hay dos diamantes iguales. Lo que los diferencia en cuanto a su valor y belleza es su proximidad a la perfección. Esta perfección ha sido definida por el GIA (Instituto Gemológico de América) y sigue cuatro criterios conocidos como las 4 C: Carat, Color, Clarity, Cut (quilate, color, pureza y talla).
QUILATE
El quilate se refiere al peso y, por lo tanto, al tamaño de un diamante. Es una unidad estándar que proviene del nombre árabe dado a la semilla de algarrobo, pues era la se utilizaba originalmente como unidad de peso para los diamantes. Un quilate equivale a 0,2 gramos. Sin embargo, un diamante más grande no siempre es el mejor. Para alcanzar un nivel de perfección, hay que tener en cuenta su color, pureza y talla.
Los anillos de Buccellati suelen tener piedras de entre 0,50 ct y 1,50 ct. Disponemos de tamaños más grandes a petición.
COLOR
Un diamante perfecto debe tener un color claro impecable. Sin embargo, la mayoría de los diamantes presentan ligeros matices de color que tienden al amarillo y al marrón. Cuanto más blanco es el diamante, más raro es encontrarlo en la naturaleza. La escala de color del GIA clasifica este parámetro desde la D (incoloro) hasta la Z (amarillo claro).
Para sus anillos, Buccellati solo selecciona diamantes pertenecientes a la gama incolora: D, E, F. Carecen de fluorescencia.
PUREZA
Los diamantes se forman en unas condiciones de calor y presión increíbles. Esto puede ocasionar inconsistencias internas o externas en la mayoría de las piedras. La cantidad, la posición, el color y la prominencia de estas inclusiones influyen en la pureza de un diamante. Cuantas menos imperfecciones tenga, más raro y precioso será el diamante. Las normas del GIA incluyen 11 grados de pureza, desde FL (impecable) hasta I3 (con inclusiones).
Buccellati solo selecciona diamantes de los grados FL (impecable), IF (impecable interiormente), VVS1 y VVS2 (con inclusiones muy ligeras).
TALLA
La talla define la forma y las proporciones de un diamante pulido. La forma más clásica y tradicional es la brillante redonda. Otras tallas son la cuadrada, la marquesa, la oval, la de pera, la de corazón y la de esmeralda.
Una buena talla es decisiva para crear un equilibrio entre el diamante y la luz, lo cual afecta a su brillo (la combinación de luz blanca que se refleja dentro y fuera de la piedra), a los destellos de color (fuego) y al centelleo (el patrón de zonas claras y oscuras). El GIA clasifica las tallas de Excelente a Mala.
Para los anillos de compromiso, Buccellati prefiere las tallas brillante y esmeralda.