Mario Buccellati comprendió su importancia, hasta el punto de que enseguida fabricó bolsos tan preciosos y codiciados como las propias joyas. A Mario Buccellati no le entusiasmó de inmediato el cambio hacia los bolsos de maquillaje rígidos. No obstante, se adaptó a la nueva tendencia procedente de Estados Unidos imponiendo su propia marca distintiva, el grabado, en estos artículos duros y cuadrados. Como resultado, los bolsos de maquillaje se transformaron en suaves tejidos de seda con motivos adamascados, convirtiéndose en preciosos accesorios imprescindibles para los eventos nocturnos más exclusivos.
Este bolso de maquillaje rectangular está hecho de plata grabada en telato con pequeñas rosetas. El cierre de oro amarillo está grabado y modelado con un patrón de encaje, y además está adornado con seis diamantes en talla rosa (2,00 ct.) y cuatro esmeraldas (3,50 ct.).

Diseñado por Mario Buccellati

Hecho a mano en la década de 1950